También llamada la Cripta Jesuítica del Noviciado Viejo, es uno de los tantos legados culturales que la ciudad de Córdoba esconde a simple vista. Descubierta por casualidad a finales de la década de los 80 al realizarse unas obras en pleno centro de la ciudad, precisamente en el área peatonal en el cruce de la Av Colón  y Rivadavia.

Desde entonces, se puso en valor el legado que los jesuítas dejaron y hoy la Cripta Jesuítica es un monumento y un atractivo turístico que no debes dejar de conocer en tu visita a la ciudad de Córdoba. La construcción de la misma está fechada a mediados del siglo dieciocho y es posible realizar visitas guiadas para aprender todo acerca del funcionamiento de este lugar en su época y el valor cultural y turístico que hoy posee para los amantes de la historia.

Adelantándonos un poco a tu paseo por Córdoba, se comenta que la cripta fue construida para dar lugar de oración a los padres jesuitas, los cuales se recluían en este lugar para orar por sus pedidos y el bienestar de sus comunidades. Los muros están realizados por pesadas piedras que conforman una estructura muy gruesa y es lo que la mantuvo en pie, bajo tierra, durante todos este tiempo. La forma de construcción fue, obviamente, totalmente a mano y participaron en ella los monjes junto a los comechingones, los habitantes originarios de esta tierra que fueron evangelizados.

Los historiadores también afirman que aquí era el lugar original para levantar lo que hoy se conoce como la Manzana Jesuítica, y que luego, por razones desconocidas, se cambió el lugar a dónde hoy está ubicada, varios cientos de metros más allá. De esta forma, la Cripta Jesuítica quedó cmo lugar de oración y reflexión. Para visitar, no tienes más que salir desde tu hotel en Nueva Córdoba y recorrer por las calles del centro de la ciudad, unas pocas cuadras.